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Luis Gordillo

Sevilla, 1934

Vive y trabaja en Madrid

 

 

Luis Gordillo inicia su trayectoria en los años cincuenta cuando viaja a París y entra en contacto con el arte europeo de entonces, en especial con autores como Wols, Dubuffet, Michaux y Fautrier. En sus primeras obras se puede apreciar la influencia del surrealismo y de Tàpies, para más tarde incorporar una iconografía que lo asocia a principios de los años 70 con el pop art.

 

Gordillo será uno de los pintores permanentemente renovadores del lenguaje pictórico y uno de los artistas que a principios de los setenta reintroducirá la figuración. Es asimismo en ese momento cuando empieza a trabajar con imágenes fotográficas que introduce de una forma u otra en el proceso de creación de sus pinturas.

 

Tanto la idea de proceso y de construcción continua como los recursos de acumulación son elementos que incorporará en su obra de forma permanente.

Carles Congost

Olot,1970

Vive y trabaja en Barcelona

 

 

La obra de Carles Congost se sitúa en torno a la construcción de la personalidad y los códigos de conducta y se caracteriza por la re-elaboración de estereotipos cinematográficos, fotográficos, musicales, etc. Su trabajo se desarrolla de forma acorde en diferentes disciplinas –fotografía, vídeo, sonido, y dibujo- incorporando a su vez un tratamiento clásico e irónico de la imagen.

 

El mundo del arte constituye una de las temáticas que Congost ha incorporado en su obra reciente, a partir de puestas en escena muy teatralizadas que cuestionan los mecanismos, dinámicas, estereotipos, etc. del propio ámbito artístico.

Hannah Collins

Londres, 1956

Vive y trabaja entre Londres y Níjar (Almería, España)

 

 

Hannah Collins es una de las artistas pioneras en la utilización del gran formato en la disciplina de la fotografía. Se dio a conocer en la escena internacional a principios de los años 90.

 

Si bien el tamaño de las piezas era monumental, a menudo el tema retratado era de naturaleza íntima y próxima al espectador, incorporando una reflexión en torno a la fugacidad del tiempo presente y su pervivencia a través de la memoria de los lugares.

 

En cuanto a la utilización del video y de las instalaciones de múltiples pantallas que ha iniciado en los últimos años, Collins persiste y amplía su interés por aquellos lugares y gentes que habitan en los límites, en los márgenes de la sociedad. En este sentido los movimientos migratorios o las comunidades gitanas han sido algunos de los temas explorados recientemente en sus trabajos. Aquí, la imagen resultante se sitúa entre el documental y un trabajo actoral preciso.

Victoria Civera

Port de Sagunt, Valencia, 1955

Vive y trabaja entre Nueva York y Saro (Cantabria)

 

 

La trayectoria de Victoria Civera se inició en los años setenta, trabajando principalmente el fotomontaje. A lo largo de la década siguiente se centró en la pintura, en un primer momento abstracta, aunque luego incorporó la figuración. Es a mediados de esta década cuando Victoria Civera se traslada a Nueva York e incluye fotografía y escultura a su práctica artística, y se produce un cambio en su obra, que deviene más introspectiva.

 

Por la iconografía de su obra, centrada en el universo femenino, y por su contenido onírico, Victoria Civera ha conseguido un lenguaje personal y repleto de matices. Se ha movido entre las piezas de gran escala, en las cuales opta por materiales industriales, y piezas de una poética comedida y sugerente, incorporando a menudo objetos de la vida doméstica.

Cabello/Carceller

Helena Cabello (París, 1963) y Ana Carceller (Madrid, 1964)

Viven y trabajan en Madrid

 

 

La obra de Cabello/Carceller se sitúa en un territorio desde el cual cuestionan, reflexionan y/o fracturan los roles y estereotipos asociados al género. Entienden la identidad como algo que se construye en conflicto o en consonancia con un entorno social, cultural, político y económico. Señalar un `yo´ que se halla siempre en relación a los `otros´ es una idea que vertebra su producción.

 

En sus obras se revisan los patrones que se vinculan de forma estática tanto a los roles masculinos como femeninos. De esta manera, en sus piezas se subvierten imágenes, códigos de comportamiento y actitudes, asociadas a aquello que se considera comúnmente como masculino o femenino.

 

La relectura que desde su trabajo estas dos artistas ejercen de dichos modelos sitúa al espectador ante múltiples prejuicios, valores asumidos y contradicciones que logran desestabilizar de forma efectiva una visión unívoca de la realidad.

Alfons Borrell

Barcelona, 1931 – Sabadell, 2020

 

Alfons Borrell es uno de los más destacados representantes de la abstracción lírica en Cataluña.

 

Tras frecuentar el estudio de Anglada Camarasa y estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona, Alfons Borrell inició su trayectoria pictórica en los años cincuenta, dentro de la figuración en un primer momento. Su obra evolucionó hacia el expresionismo abstracto y, ya en la década de los sesenta, hacia la pintura gestual.

 

A mediados de los setenta desarrolló el estilo que le es propio, desligado de etiquetas, caracterizado por un monocromatismo sobrio que se desvinculaba conscientemente de la corriente matérica del informalismo. En su pintura, el color se impone a la forma, a partir de un lenguaje que renuncia a cualquier ansia referencial y que busca la contención y el rigor.

Calella, Barcelona, 1963

Vive y trabaja en Calella, Barcelona

 

La obra de Jordi Alcaraz es una reflexión acerca del volumen, del lenguaje artístico y del tiempo a través de una manipulación lírica de los materiales. Una abstracción que es fruto de la batalla contra las limitaciones y convenciones del formato.

 

Su trabajo parte de la tradición clásica de la pintura y la escultura para alterar el sentido de las bases reconocibles de la realidad objetual, hacia nuevas génesis de significado y continente.

 

Jordi Alcaraz transgrede superficies y materiales, otorga usos inverosímiles a sus piezas y replantea la lógica de marcos y de metacrilatos, de piedras y de escayolas, de espejos y de maderas, de sombras y de metales; modificando las percepciones y tratamientos convencionales.

 

Ha realizado diferentes ediciones de bibliófilo como “El Viatge a Tokushima”, con texto de Joaquim Sala-Sanahuja, o “Diorames”, realizado junto a Joan Brossa, Alfons Borrell, Perejaume y Jordi Rosés.

Barcelona, 1952

Vive y trabaja en Barcelona

 

 

La carrera artística de Frederic Amat se remonta a principios de los años setenta.  Tras completar sus estudios de arquitectura y escenografía, se trasladó a México y posteriormente a Nueva York, donde exploraría las posibilidades del papel hecho a mano como material artístico. Sus viajes a Brasil, Egipto, Haití, Marruecos, han influido en una obra caracterizada por la investigación constante.  A lo largo de su carrera, Amat ha ido diversificando su repertorio plástico, su desarrollo ha pasado de líneas irregulares y colores vibrantes en sus primeros dibujos al expresionismo en sus posteriores obras.

 

La obra de Amat se resiste a una única forma de categorización ya que su concepción de la pintura lo ha llevado a integrar una multitud de lenguajes en su práctica artística, incluyendo pintura, dibujo, escultura, instalación, performance, ilustración de libros, vídeos, escenografías teatrales e intervenciones en espacios arquitectónicos.

Chema Madoz

Madrid, 1958
Vive y trabaja en Madrid

 

La obra de Chema Madoz, cercana a la poesía visual, muestra una inclinación constante hacia lo simbólico, mediante imágenes que se caracterizan por un sutil juego de paradojas y metáforas.

 

Respetando las convenciones de la ‘naturaleza muerta’, sus fotografías muestran objetos que encierran ‘vida’ y descubren una nueva dimensión de significados a través de la descontextualización, recolocación o yuxtaposición de las apariencias habituales y cotidianas. De esta manera, Chema Madoz da forma a un imaginario que pone en duda nuestra credulidad en la fotografía, y en la existencia de una realidad intangible.

 

Palma Mallorca, 1962

Vive y trabaja en Nueva York

 

 

Macias tiene sus raíces en el llamado movimiento “post-pop” en España, presenta una geometría vívidamente colorida y abstracta. Su trabajo temprano puede ser leído como una reformulación o asimilación de lengua existente de la cultura de los “mass media”. Sus obras absorben las piezas formales de un sistema visual identificable, para unir sus tipologías esenciales en una expresión genérica. Pueden ser leídas como una reducción semi-abstracta de las formas de la vida cotidiana.  Varias de las obras de Macias aplican la técnica de la figura y el fondo entrelazados, lo que lleva a la creación de imágenes dobles, a menudo no visibles a primera vista.

 

En los últimos años, Macias ha estado retratando personajes imaginativos en representaciones que aún son muy coloridas, pero que, por el contrario, tienen características grotescas e inquietantes. Parece que se están disolviendo, cayendo a pedazos, pero al mismo tiempo transmiten su repugnancia con una indignación casi humorística; simple e iconográfica, pero también cómico y personal.

 

Macias se interesa por el papel de los artistas en la fijación de las formas de la cultura contemporánea en las obras; atrayendo la atención a la pintura, en su figuración en 2D en sus primeros días y apuntando el espejo hacia el público en sus retratos confrontados.

Erick Beltrán

Ciudad de México, 1974

Vive y trabaja en Barcelona

 

 

Erick Beltrán analiza y reflexiona sobre el concepto de edición y las construcciones de discurso. Investiga el poder que ejercen los diferentes medios gráficos en su distribución de información, además de tratar explícitamente sobre diferentes conductas y valores.

 

Trabaja con formatos diversos como el múltiple o el libro, experimenta e investiga la vinculación del arte público con los diversos lenguajes gráficos.

 

El archivo, el museo y la biblioteca son herramientas y medios naturales en su proceso de investigación. Un proceso en el que el concepto de edición enfoca todo el trabajo, entendiéndolo como el mecanismo mediante el cual se definen, evalúan, clasifican, reproducen y vehiculan la comunicación a través de imágenes que crean discursos políticos, económicos y culturales en las sociedades contemporáneas.

Perejaume

Sant Pol de Mar, 1957

Vive y trabaja en Sant Pol de Mar

 

 

Perejaume comenzó a exponer su obra a finales de los años setenta y desde entonces la ha ido desarrollado de forma paralela tanto en disciplinas visuales como en una extensión literaria.

 

El paisaje es un tema recurrente que analiza y explora su obra, retomando y reevaluando la presencia que ha tenido sobre todo en la producción literaria y pictórica. A través de esta aproximación, la relación con el paisaje se examina desde diversos puntos de vista no exentos de ironía. Puntos de vista que toman forma a través de la pintura, la escultura, la fotografía, la instalación, el vídeo o la misma intervención en el entorno natural.

 

Para Perejaume el hombre forma parte del paisaje, no es ajeno a él, es un agente más en su conformación y evolución, como si se hubiese acelerado el tiempo geológico.

Javier Peñafiel

Zaragoza, 1964

Vive y trabaja en Mallorca

 

 

Los dibujos, videos, textos y esculturas de Javier Peñafiel conforman un sistema lingüístico paralelo a la realidad pero ajeno a él.

 

A lo largo de su carrera, Peñafiel ha construido un universo poblado de personajes; de frases que funcionan de forma autónoma, como sentencias que tienen la función de incordiar el apacible y rutinario uso de la lengua por parte del espectador; o videos en donde se combinan diversos elementos en forma de tableaux, compartiendo el espacio pero manteniendo a su vez su identidad separada.

 

Los trabajos de Peñafiel reflejan la necesidad y la dificultad en la comunicación directa. Sus obras indagan en la doble identidad –como obstáculo y como puente– que representa el lenguaje en esa comunicación.

Fernando Prats

Santiago de Chile, 1967

Vive y trabaja en Barcelona

 

 

En sus obras Fernando Prats “pinta” o, mejor dicho, recrea la naturaleza; trata de registrar huellas, de hacer visible lo invisible, de dar voz e imagen a lo que estaba ahí pero pasaba desapercibido.

 

Utilizando sismógrafos, calcos, fotografías, vídeos… registra el palpitar de diferentes realidades sobre soportes ahumados, desde el vuelo de aves hasta el surtidor salvaje de un géiser, el carbón profundo de unas minas o las poderosas olas que rompen contra el acantilado. De esta manera, Fernando Prats mantiene una relación poco ortodoxa con la pintura, tanto por la elección de sus instrumentos, como por la intervención del azar.

 

Su trabajo se formaliza en acciones que él mismo registra, y que muestran los procesos creativos intrínsecos a su obra. Las pinturas de Fernando Prats son objetos-tiempo, pues condensan en su forma acabada una historia, la de su creación, cuyos tiempos a menudo nada tienen que ver con los del artista, sino con los ritmos naturales.

 

Caio Reisewitz

São Paulo, 1967

Vive y trabaja en São Paulo

 

 

El registro de una naturaleza que cambia a gran velocidad es uno de los temas que articula la obra fotográfica de Caio Reisewitz y en este sentido sus imágenes se sitúan en una tradición en la que el medio fotográfico es testigo y captura realidades efímeras. La actividad del hombre en el planeta, y en ciertas zonas en particular, modifica de manera radical la fisonomía del paisaje.

 

Sus fotografías, de gran formato la mayoría de ellas, se caracterizan por su frontalidad y por una nitidez espectacular que muestra la naturaleza de manera exuberante, y de una belleza irreal utópica. En una ocasión él mismo comentaba: ‘a veces estas imágenes no parecen reales, de utópicas que son, pero son ciertas, es la pura realidad’.

Ràfols Casamada

Barcelona, 1923-2009

 

 

La obra de Albert Ràfols Casamada, además de la dilatada trayectoria pictórica que lo ha proyectado internacionalmente, incluye otra faceta creadora como poeta literario. Tampoco ha de extrañar que su carácter multidisciplinar se haya sentido atraído por la docencia y la pedagogía en el mundo de las disciplinas plásticas.

 

En su pintura ha desarrollado y mantenido ese frágil equilibrio entre tradición y modernidad: su obra, de raíces clásicas, incorpora a su vez el legado de las vanguardias.

 

A principios de los años setenta abandonó la figuración para trabajar en la pintura de carácter abstracto que lo llevaría, en los años ochenta y noventa, a desarrollar una abstracción más lírica. Este proceso desembocará en lo que llega a ser la etapa más reconocida de su trayectoria artística.

 

Por otro lado, Ràfols Casamada ha tenido un papel fundamental en la renovación de la enseñanza de las artes en España siendo miembro fundador de la Escuela Eina de Barcelona en 1967.

Julião Sarmento

Lisboa, 1948 – Estoril, 2021

 

 

Desde principios de los años setenta, Julião Sarmento ha explorado las posibilidades de la pintura, la fotografía, la escultura, la instalación y el vídeo. En sus obras existe un proceso de ocultación sugerente y sitúa al espectador no solamente como observador sino que lo hace partícipe de su narrativa.

 

La mujer es un motivo recurrente en sus obras y parte de ella para elaborar conceptos vinculados a la sexualidad, el deseo o la seducción. Las relaciones que evoca de latente tensión, violencia, obsesión o misterio se obtienen a partir de una meticulosa dinámica entre los agentes que participan en el espacio físico, en el caso de las instalaciones, en la edición, películas y videos. Las obras resultantes desencadenan toda la intriga que se desprende de las imágenes en constante suspense y tensión.

José María Sicilia

Madrid, 1954

 

 

José María Sicilia fue uno de los representantes más significativos de la pintura española de los años ochenta y se identificó con la joven generación de artistas que, a principios de esa década, retomaba la práctica de la pintura desde una perspectiva `matérica´.

 

A partir de 1985, Sicilia inicia una nueva serie de trabajos sobre el tema de las flores, por la cual es especialmente conocido en España. Este nuevo desarrollo temático le llevará a profundizar en una investigación centrada en el análisis de la forma, la construcción del espacio y la estructura de la luz.

 

En la pintura abstracta que el artista ha desarrollado en los últimos años, la utilización de la cera adquiere un papel protagonista por sus posibilidades de diálogo con la luz y la creación de espacios en la superficie pictórica.

Soñé que revelabas (Madeira), 2019

Santander, 1954

Vive y trabaja en Nueva York y Saro (Cantabria)

 

 

La pintura de Juan Uslé se basa en su experiencia de la ciudad, en concreto de Nueva York, donde se trasladó a finales de los ochenta. La percepción visual, a la vez líquida – por lo móvil y fluida – y luminosa de sus estructuras y espacios, le influyó notablemente, haciendo emerger una combinación de elementos geométricos y elementos orgánicos en sus composiciones.

 

Juan Uslé trabaja mezclando sus propios colores y aplicándolos mediante dispersión sobre tela, y construye así imágenes abstractas a partir de patrones geométricos, de la luz y del color. En cada una de sus composiciones combina la búsqueda de una organización y una estructura, junto con la aparición de lo inesperado.

 

La pintura de Juan Uslé analiza, más que expresa, el origen de sus propias imágenes basadas en la experiencia urbana. Su práctica se basa en el juego entre antítesis formales, y su obra se define así por una dinámica de opuestos.