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the magic carpet

Documental: ‘La alfombra mágica. Voces para recordar a Joan de Muga’

 

La exposición ‘La alfombra mágica. Para Joan de Muga’ es un homenaje a Joan de Muga, fundador y director de la Galeria Joan Prats desde 1976, cuando se inauguró, y hasta el 2020. La exposición reunirá obra de artistas que han formado parte de la galería desde sus inicios hasta la actualidad, junto con fotografías, cartas, videos y documentación, para explicar la historia de la galería y también la de Polígrafa y otros proyectos de Joan de Muga como la Fundació Espai Poblenou.

 

Mostraremos obras de Juan Araujo, Francis Bacon, Alfons Borrell, Joan Brossa, Cabrita, Alexander Calder, Anthony Caro, Chillida, Christo & Jeanne-Claude, Victoria Civera, Hannah Collins, Helen Frankenthaler, Luis Gordillo, Guinovart, Hernández Pijuan, Wifredo Lam, Louise Lawler, Miralda, Joan Miró, Henry Moore, Muntadas, Pablo Palazuelo, Perejaume, Joan Ponç, Fernando Prats, Ràfols Casamada, Caio Reisewitz, Julião Sarmento, George Segal, José María Sicilia, Antoni Tàpies, Juan Uslé, Eulàlia Valldosera, Sue Williams

 

El título de la exposición se inspira en un dibujo que Joan Ponç dedicó a Joan de Muga, en el cual lo retrataba sobre una alfombra voladora. Esta imagen remite a su carácter emprendedor y soñador, su pasión por viajar y para imaginar nuevos proyectos.

 

La exposición la estamos organizando con la complicidad de Carles Guerra, quien escribirá el texto de la publicación que editaremos posteriormente.

Vint rostres i tres multituds.

 

En tres actes. Fundació Suñol.

 

30.09.2021 – 08.04.2022

 

 

 

En tres actes és un tríptic expositiu comissariat en col·laboració amb Valentín Roma acompanyat d’un conjunt de programes públics que pretén mostrar quines són les línies argumentals de la Col·lecció Suñol Soler i amb quins horitzons artístics i històrics va ser creada.

 

 

El tercer i últim acte, Vint rostres i tres multituds, s’endinsa en el gran motiu iconogràfic de l’art, l’element que qüestiona les cronologies i porta fins al present la versemblança de tots els passats: el rostre humà.

 

La cara és memòria i és, així mateix, literatura d’allò viscut. S’hi escriu l’experiència i s’hi intueix el futur. Una faç que mira amb inquietud reclama que la desxifrem. Una cara que oculta la seva fisonomia sembla administrar quines són les seves certeses.

 

La Col·lecció Suñol Soler té rostres petrificats i façs diluïdes, cares reconeixibles i semblants en fuga. Els vint rostres seleccionats tenen el seu contrapunt en tres multituds que els observen i els acullen. Al costat de la soledat de la cara buscant causes per ser, hi trobem la multitud assajant raons on reconèixer-se.

 

Artistes: Rosa Amorós, Eduardo Arroyo, Richard Avedon, Roman Buxbaum, Pep Duran, Fred Forest, Pablo Gargallo, Juan Genovés,  Juli González, Luis Gordillo, José P. Jardiel, Ouka Leele, Robert Llimós, Robert Mapplethorpe, Antoni Miralda, Inge Morath, Antoni Muntadas, Guillermo Pérez Villalta, Pablo Picasso, Joan Ponç, Darío Villalba, Andy Warhol, Zush/Evru.

 

 

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Estar a la lluna

FONTETA – Bombon · Joan Prats · NoguerasBlanchard

Capítol II: Estar a la lluna 

 

Inauguración: 7 de agosto, 12-21h.

Exposición hasta el 26 de septiembre

c/ Empordà, 10, Fonteta, Girona

 

Agosto: lunes a domingo, 17-21h

Septiembre: viernes a domingo, 17-21h

Otros horarios con cita previa en el teléfono  (+34) 644 524 969

 

 

Presentamos el segundo capítulo del proyecto conjunto de Bombon, Galeria Joan Prats y NoguerasBlanchard en Fonteta, un pequeño pueblo del Empordà.

 

La exposición, concebida en dos capítulos (el primero se inaugurará el 19 de junio y el segundo el 7 de agosto) reúne artistas de las tres galerías y de diferentes generaciones, en una propuesta que parte del concepto ampurdanés Parar la Fresca (Tomar el fresco), descrito por Josep Pla en el libro “Las Horas”.

 

 

Texto de Gabriel Ventura

 

 

“Quizás porque durante tantos siglos ha sido inalcanzable, ha despertado los sueños más fantásticos, los más pasionales y recónditos. Su encanto siempre estará de parte de la noche, de lo oculto y la intuición, de la clandestinidad y el exceso. La luna, que dilata y empequeñece los ojos de los gatos, que hace subir y bajar mareas, que infla y desinfla las ranas, nos sigue fascinando con el mismo fervor de los primeros tiempos, aunque ya la hemos pisado tímidamente y algunos emprendedores iluminados planean construir hoteles con vistas galácticas. Pero no nos engañemos: las ansias colonizadoras de Jeff Bezos y la compañía no conseguirán acercar o hacer más comprensible el misterio de la Liebre Blanca o la Mujer Araña.

 

Eternamente distante, la luna ha sido adorada por brujas y vampiros, por poetas y adivinos. Por más que la ciencia intente conquistarla, su luz mercurial nos proyecta al mismo tiempo hacia remotos y futuros inescrutables, y nos invita a reflexionar sobre las sombras y los mitos de la condición humana. A lo largo de la historia la hemos vinculado a la fertilidad y al inconsciente, a la muerte y la resurrección, a la repetición de los ciclos de la vida. Las primeras anotaciones inscritas sobre artefactos y utensilios, en la era del Paleolítico, consisten en registros lunares. De hecho, es muy probable que antes de la aparición de la agricultura las sociedades se organizasen de acuerdo con un ciclo temporal lunar, tal y como han demostrado las investigaciones de Alexander Marshack en The Roots of Civilization.

 

A diferencia del sol, el astro omnipotente y constante, la luna pasa por fases, crece y decrece, mengua, se encorva, se transforma. Por esta razón hemos tendido a representar lo inmutable con el sol (Dios) y aquello cambiante y material con la luna (recordamos el reino sublunar y mortal de Platón, el territorio de la duda y las sombras). Inevitablemente, durante milenios, la especie humana ha encontrado su correlato en el drama de la luna: nacer, crecer, reproducirse (la barriga de la luna llena), morir. Si la sintaxis solar divide y jerarquiza – W.B. Yeats acusaba al sol de ofrecer verdades «complejas y artificiosas»– la sintaxis lunar mezcla y confunde las formas, es evasiva, emocional, fluida. Simbólicamente, la luna evoca el mundo imaginativo, contingente y ambiguo de la existencia, en contraste con los absolutos solares del mundo ideal del ser. Imposible mirar el sol de cara, imposible dialogar con su presencia deslumbrante. La luna, en cambio, enciende los caminos desde el margen del cielo y, en palabras de Lorca, nos muestra sin vergüenza sus «cien caras idénticas». La ilusión, el delirio, la quimera, la locura, el caos, la dispersión («estar en la luna»): los atributos de la reina de la noche sugieren la transgresión de las normas diurnas.

 

Lilas y azules eléctricos, amarillos llamativos y rojos rabiosos, verdes fluorescentes que brotan de la oscura como un grito que se clava en la conciencia. Los colores de la noche afilan los nervios y el ojo, nos vuelven desconfiados, sentimos el latido intermitente del peligro.

 

Un temblor nos recorre la espalda: ¿es real, eso que hemos visto? ¿Podemos creer en las imágenes y las palabras que aparecen bajo la luz fría de Selene? Quizás, en el fondo, estar en la luna es una de las formas más fecundas y perplejas de estar en la Tierra, de no dar nada por seguro, de continuar sospechando y levantando la mirada hacia los secretos insondables del universo.”

 

Gabriel Ventura

 

 

* Capítol I: Parar la fresca

DIJOUS 25 DE GENER 19H

Postil·la a una amistat equivocada (Lorca-Dalí, Brossa-Ponç). Xerrada a càrrec d’ARNAU PUIG

 

DIMARTS 30 DE GENER 19H

Presentació del llibre d’Edicions Poncianes: Quadern de correspondències de Joan Ponç (Pilar Parcerisas ed.)

Amb la participació de JORDI CARULLA-RUIZ,  PILAR PARCERISAS, VICENÇ ALTAIÓ, EDUARD SEPÚLVEDA I GLÒRIA BORDONS

Nos complace presentar la exposición dedicada a Joan Ponç y a Joan Brossa, que inauguramos el jueves 30 de noviembre, y donde mostraremos obras de dos de los artistas más significativos en la recuperación del arte de vanguardia en nuestro país tras la guerra civil, unidos por una afinidad creativa y personal desde finales de los años 40 hasta principios de los 50 y unidos también a la historia de la Galeria Joan Prats, donde expondrían en diversas ocasiones.

 

En 1982, Joan Brossa mostró por primera vez en la exposición en la Galeria Joan Prats sus poemas objeto y visuales, poemas que realizaba desde 1954 y que eran entonces prácticamente desconocidos por el público. Más adelante, se mostrarían en otras exposiciones en la galería de Barcelona (1989, 1995, 1997) y de Nueva York (1989), y en la Feria de Basilea (1989). Por otro lado, Joan Ponç comienza su colaboración con la Galeria Joan Prats en 1978, con la exposición Fons de l’ésser. También expondría en 1983, Nocturns, en 1987 con dibujos de la época Pre-Dau Al Set, en 1994 y 1996 con dibujos de la Suite Geomètrica y en 1980 en la feria FIAC en París.

 

En palabras de Arnau Puig, en el texto realizado para esta exposición, “Un temperamento y carácter de la dimensión del de Brossa casi estaba obligado por el destino a encontrarse con alguien, Joan Ponç, que bajaba de las nubes”. Este gusto por la magia, la adivinación y lo oculto sería uno de los puntos de unión entre los dos artistas, que se conocieron en 1946. Ese año publicarían junto a Arnau Puig y a Enric Tormo el único número de la revista “Algol”, que quería ser un revulsivo delante del inmovilismo y la pérdida de idealismo de sus contemporáneos. Proponían una renovación de la mirada que se encuentra también en los monotipos que Ponç realizó para acompañar los ejemplares de la revista y que se aleja de la figuración naturalista predominante en el arte español de la época.

 

Además de este interés por las nuevas formas artísticas, las obras de Brossa y Ponç coincidían temáticamente en una preocupación y una crítica a la sociedad, junto con el interés por la cultura popular, el teatro y la magia que ya apuntábamos. Por eso, en aquellos años, se fueron sucediendo las colaboraciones entre los dos: el libro inédito Parafaragaramus (1948), dos números de la revista “Dau Al Set” (enero, 1949 y un inédito), el libro Em va fer Joan Brossa (1951), donde aparece un retrato de Joan Brossa por Joan Ponç, considerado el retrato más directo y sincero que haya tenido el poeta. La relación Brossa-Ponç quedó plasmada también en los poemas de Brossa alusivos a Ponç y en diversos dibujos de Ponç: los Dibuixos podrits (1947) y las Metamorfosis (1947), la suite Joan Brossa-Joan Ponç (1947), la cubierta del libro Dragolí de Brossa (1950), o el gouache Brossa, Brossa (1950), que mostramos en esta exposición.

 

Brossa y Ponç fueron en su momento dos abanderados de la renovación estética, siguiendo los pasos de J.V. Foix y Joan Miró. Brossa, que había conocido a Miró en 1941 a través del sombrerero y mecenas Joan Prats, en casa de J.V. Foix, los pondría en contacto con Joan Ponç. “Dau Al Set” ayudaría a restablecer los puentes con la vanguardia de ADLAN, impulsado por Joan Prats y Joaquim Gomis, y del GATCPAC.

 

Después de este periodo de afinidad y creatividad, en 1953 Joan Ponç se fue a Brasil, y cada uno de los dos artistas continuó su camino. A su vuelta a Cataluña, en 1962, Brossa estaba ya muy lejos del magicosurrealismo y se movía por una antipoesía ligada a la realidad mientras hacía experimentos plásticos de lo que sería su poesía visual. Su vínculo se iría diluyendo. Para Brossa, Ponç quedaría siempre ligado a “Dau Al Set”.

 

Esta exposición pretende mostrar las trayectorias de los dos artistas: una primera parte, con obras del periodo “Dau Al Set”, el momento de mayor afinidad entre Joan Brossa y Joan Ponç, y una segunda parte de la exposición, con obras posteriores, que permiten ver sus evoluciones en el ámbito plástico, y que se reflejan de la misma manera que en la suite Joan Brossa-Joan Ponç (1947).

La Pedrera, Barcelona

6.10.2017 – 4.2.2018

 

L’exposició, comissariada per la historiadora i crítica d’art Pilar Parcerisa, presenta una nova interpretació antològica de l’obra i la figura del pintor Joan Ponç, des dels seus inicis a mitjan anys 40 i l’època del grup Dau al Set, fins a les darreres obres de mitjan anys 80. Amb el títol de «Diàbolo», vol fer referència al sentit lúdic de Joan Ponç, amb l’ambivalència que el nom d’aquest joc malabar xinès té amb el del diable.

 

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 Barcelona, 1927 – Saint-Paul-de-Vence, 1984

 

Joan Ponç fue un pintor primordial dentro de la escena de vanguardia durante la posguerra española. Fundador de la revista “Dau Al Set”, junto con Brossa, Cuixart, Arnau Puig, Tàpies y Tharrats, se mantendría fiel a los principios estéticos del grupo a lo largo de su prolongada trayectoria. Tras una breve estancia en París, vivió en Brasil, donde creó el grupo L’Esplai y donde expuso en el Museu de Arte Moderna de São Paulo (1954 y 1956). En 1964 volvió a Cataluña, el mismo año que la Galeria René Metras de Barcelona le organizó una exposición retrospectiva. En 1972 se edita la monografía Universo y magia de Joan Ponç de Mordechai Omer y en 1978 el Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris le dedica una importante exposición individual. Su obra ha sido expuesta en importantes museos y centros de arte como Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid; Artium de Vitoria-Gasteiz; Bonner Kunstverein de Bonn; Museo de Arte Carrillo Gil de Mèxic; The National Museum of Art of Romania de Bucarest; Fondation Maeght de Saint-Paul-de-Vence, entre otros. En 2017, la Fundació Catalunya La Pedrera de Barcelona, presenta la exposición Diàbolo, una nueva interpretación antológica de la obra y la figura del pintor, desde los años cuarenta hasta los ochenta.